Recientemente el MEYSS ha publicado las estadísticas de accidentalidad en España correspondientes al período enero y febrero de 2018, que nos confirman una vez más el continuo aumento de la siniestralidad en nuestro país que está teniendo lugar desde 2013.
Comparando los resultados de 2018 con los comprendidos entre enero y febrero de 2017 cabe destacar las siguientes conclusiones:
- El número de accidentes que han causado baja ha sido de 94.839, lo que supone una subida del 6,6%. De ellos, 81.345 ocurrieron durante la jornada laboral y 13.494 fueron accidentes in itinere. En consecuencia, suben un 5,7% los accidentes en jornada y un 12,3% los accidentes in itinere.
- El número de accidentes durante la jornada laboral asciende un 5,7% para los leves y un 9,3% para los graves.
- El número de accidentes in itinere leves y graves se eleva de forma significativa (un 12,1%), mientras que los graves y mortales se incrementan mucho más si cabe (subiendo un 27,9% y un 43,8% respectivamente).
- En el balance general por sectores el índice de Incidencia de accidentes en jornada de trabajo sube un 1,9%.
- El número de accidentes de trabajo sin baja notificados supone un ascenso del 4,0%.
- Un total de 103 personas perdieron la vida desde el comienzo de 2018 como consecuencia de estos, dato que se traduce en una subida del 2,0%. Puede verse un descenso de los accidentes mortales en jornada laboral (lo que supone una bajada del 5,9%) y una gran subida de los accidentes mortales in itinere (aumentando estos en un 43,8%).
En resumen, salvo el descenso de los accidentes mortales en jornada de trabajo el resto de los parámetros empeoran globalmente respecto a los datos de 2017 por estas fechas, lo que confirma el imparable aumento de la siniestralidad que se está produciendo en los últimos años.
Negar la precariedad y la temporalidad como elementos que inciden de lleno en este ascenso continuado lejos de ayudar a resolver este grave problema únicamente contribuye a agravarlo. Por la protección de los derechos de trabajadoras y trabajadores, su pleno desarrollo personal, así como sus expectativas de futuro los poderes públicos no deben dar la espalda a la necesidad de fomentar mejores condiciones de trabajo, las cuales nacen desde las propias formas de contratación.
Contrataciones precarias se traducen en condiciones de trabajo deficientes. Desde USO defendemos un modelo distinto y comprometido socialmente con la seguridad y salud de la actual población trabajadora y la de las generaciones venideras, con la prevención no se juega.