Síndrome de Burnout

Desde el 1 de enero de 2022 se reconoce al Síndrome de Burnout ( SQT ) como un problema de Salud Laboral al incluirse este síndrome en la Clasificación Internacional de Enfermedades ( IE-11) dentro de la subcategoría de » problemas asociados con el empleo y el desempleo » y es codificado como QD85: Síndrome de desgaste ocupacional. Burnout

Es el resultado del estrés crónico laboral que sufre un trabajador o trabajadora expuesto/a durante un largo período de tiempo a un entorno laboral nocivo y a unas determinadas condiciones de trabajo de riesgo.

 

¿Qué factores de riesgo pueden causar SQT?

Organizativas:

  • Organización rígida, jerarquizada
  • Falta de coordinación
  • Falta de formación
  • Falta de desarrollo profesional, etc.

Diseño del puesto de trabajo:

  • Exceso de carga de trabajo
  • Falta de apoyo social
  • Malas relaciones en el trabajo
  • Conflicto y ambigüedad de roles
  • Demanda emocional excesiva
  • Exigencia excesiva

Interrelacionales:

  • Trato con usuarios conflictivos.
  • Dinámica de trabajo negativa
  • Poca colaboración entre compañeros, etc.

Suele ser frecuente en profesiones llamadas «de ayuda»; en sectores como Educación, Sanidad , Asuntos Sociales y todos aquellos donde se dé un entorno que ofrezca servicios humanos y en donde las relaciones interpersonales son la base del contexto laboral ( relación profesional-cliente/ relación profesional-organización ).

¿ Cómo reacciona el trabajador o la trabajadora ante el estrés cronico laboral ?, ¿ Cómo podemos reconocer si un compañero o una compañera está sufriendo el SQT ?

Es un proceso gradual; la persona, poco a poco, va perdiendo energía, optimismo e ilusión por el trabajo, empieza a sentir una sensación de sentirse agobiado emocionalmente y comienza a afectar a su salud, apareciendo los síntomas siguientes:

    • Agotamiento emocional: sentir no poder dar más de sí mismo afectivamente;

    • Conductas, actitudes y sentimientos negativos del trabajador hacia usuarios y compañeros. Frialdad en el trato, se tiende a despersonalizar la atención al otro.

    • Baja autoestima; sentir descontento con uno mismo y con el resultado de su trabajo.

Esto viene acompañado con una sensación de fracaso profesional y personal que, si dura en el tiempo, puede afectar gravemente a la salud de la persona en forma de enfermedad, transtornos de conducta, alteraciones psicosomáticas ( jaquecas, mareos, dificultad para dormir, problemas digestivos, etc.. ) y/o transtornos emocionales ( ansiedad, depresión, etc… ).

Afecta a la motivación y al rendimiento laboral de la persona y a toda la organización, en cuanto al clima laboral que puede afectar al resto de trabajadores y al servicio humano que se da a los usuarios.

Es una reacción ante el estrés cuando las demandas emocionales sobrepasan la tolerancia y los recursos personales del trabajador/a. Pero ¡ OJO ! No nos confundamos. Sufrir el Síndrome de Burnout no es consecuencia de la debilidad o vulnerabilidad de la persona. ES CONSECUENCIA DE ESTAR EXPUESTO DURANTE LARGO TIEMPO A DETERMINADAS CONDICIONES PSICOSOCIALES NOCIVAS DE TRABAJO. Y es ahí donde debemos actuar.

Como delegados y delegadas de la FAC-USO ¿ Qué podemos hacer ?

Está claro que el Síndrome de Burnout es una enfermedad de origen laboral y lo primero que debemos tener en cuenta es el derecho que todo empleado y empleada pública tiene a la protección de su salud en todo lo relacionado con su trabajo. Por tanto, y en primer lugar, debemos PROTEGERLA de todo aquello que está siendo nocivo para su salud, para lo cual debemos solicitar a los técnicos de prevención destinados en los Servicios de Prevención adscritos a cada sector las medidas de protección necesarias para garantizar la seguridad y salud del trabajador/a afectado:

1º) Solicitar la Vigilancia de la Salud de la persona afectada ( el empleado/a debe ser atendido por personal especialista que le ayude a mejorar los síntomas que padece )

2º) Solicitar la evaluación de riesgos psicosociales; desde un punto de vista preventivo, la aparición del Síndrome de Burnout pone de manifiesto la existencia de factores de riesgos que han afectado durante largo tiempo a la persona y que las medidas preventivas fallaron en su día. De ahí la importancia de analizar los riesgos psicosociales desde dos ángulos: desde los síntomas que ya padece la persona al estar actuando ya estos factores de riesgo sobre la persona y desde la existencia de antecedentes o desencadenantes que puedan impactar al trabajador/a por su potencial nocivo.

Ambos aspectos deben estar coordinados e integrados en un análisis del contexto laboral que permita identificar qué factores de riesgo son los que han desencadenado el proceso y qué medidas correctoras se deben adoptar para evitar o, en su caso, minimizar estos factores estresores de riesgo.

3º ) Solicitar la adopción de estas medidas correctoras y/o medidas preventivas para evitar la aparicion de casos en la organización. Entre ellas, destacamos:

a) técnicas para reducir el malestar emocional ( de relajación, mindfulness, resolución de conflictos, técnicas que favorezcan habilidades sociales como la asertividad, etc…)

b) medidas organizativas ( retroinformación/ feed-back, coordinación de equipos de trabajo, crear un mejor ambiente laboral, revisión de turnos rotatorios, formación en atención al ciudadano, adecuar los ritmos y descansos, aumentar la comunicación entre mandos y resto del personal, etc…)

c) formación en relaciones interpersonales en el entorno laboral ( entre compañeros, entre personal-usuario, entre personal y mando superior jerárquico ) que favorezcan el trabajo en equipo y el apoyo mutuo.

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La reunión concluyó con la ratificación de un informe favorable relativo a la propuesta de complementos E4 presentada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Desde FAC-USO vemos estupefactos como los asuntos se dilatan sine die (todavía colea el encuadramiento 5 años después de la firma del IV Convenio), como sistemáticamente se incumplen los acuerdos y, los que tienen potestad para ello, no hacen absolutamente nada, mas allá de “preocuparse”.

Todo un despropósito de aquellos cuya subsistencia depende de que no “molesten” demasiado a la Administración.

Por ello cada día se hace más necesario que sindicatos independientes como USO puedan entrar a negociar, y con tu ayuda lo conseguiremos.