Desde el Ministerio de Trabajo se ha publicado la estadística correspondiente a la siniestralidad laboral hasta el mes de septiembre, en la que destaca el aumento de los accidentes con baja en un 4,9%, medio punto más que el mes anterior y se produce un leve descenso de los accidentes sin baja, en un 1,2%, tres décimas menos que en el mes de agosto. El número de accidentes de trabajo con baja fue 473.837, mientras que el de accidentes de trabajo sin baja fue 539.438.
De estos datos se desprende que las personas trabajadoras continúan con desconfianza a disfrutar de su derecho, reconocido en el Convenio 158 de la OIT, de recuperarse del accidente manteniendo el puesto de trabajo sin miedo al despido o a la no renovación del contrato. Podríamos, en una vertiente positiva, creer que las medidas preventivas han surgido su efecto, si bien el aumento en 22.160 de los accidentes con baja nos lleva a concluir que la integración global de la prevención deja mucho que desear todavía.
Mención especial hay que realizar a los accidentes in itinere pues, hoy, 18 de noviembre, se celebra el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, con el significativo aumento en 1.644 personas las involucradas en accidentes de tráfico laborales, dato más elevado por la inclusión del colectivo de personal trabajador por cuenta propia. En el personal asalariado, el incremento es de “solo” 266 personas.
Respecto de la gravedad de los accidentes, los graves han descendido en 95 mientras que los leves, lo han hecho en 46. Debemos volver a incidir en la calificación que otorgan las Mutuas a los accidentes de trabajo leves, siendo en su mayoría, de carácter grave.
En cuanto a sectores productivos, la siniestralidad en la construcción se ha disparado con 14 fallecidos más que el año pasado, siendo junto con la industria manufacturera, los sectores más castigados con estas pérdidas.
Para concluir, desde USO reflexionamos sobre las víctimas mortales en accidente in itinere, la segunda causa de fallecimientos durante la jornada laboral. Los infartos y derrames cerebrales son mucho más difíciles de prevenir y evitar, hasta las personas más deportistas y sanas pueden sufrirlos. Ahora bien, los accidentes de tráfico laborales deben ser más que una preocupación en las empresas donde su personal salga del centro de trabajo a realizar sus funciones. A nuestro parecer, se debe incidir sobre la conducción en un estado anímico neutro, sin llevar las prisas, los conflictos laborales y las cuestiones de la siguiente cita a la carretera, premisas extrapolables a los accidentes in itinere cuyas cifras también nos causan alarma.
Hasta el mes de septiembre han fallecido en el trabajo o de camino a él un total de 507 personas.