El trabajo de los profesionales que prestan asistencia sanitaria genera con frecuencia situaciones de estrés debido a las elevadas exigencias inherentes a la actividad asistencial y a la exposición habitual a situaciones de alto impacto emocional, angustia y duelo.
Se trata de tareas que requieren de la atención plena de los profesionales en situaciones de elevada demanda emocional. En muchas ocasiones esto puede conducir a un grado de implicación personal que, mantenido en el tiempo, puede acabar afectando al bienestar emocional del profesional.
Cuando se llega a esta situación, conocida como Síndrome de Desgaste Profesional o Síndrome de Burnout, el profesional afectado puede experimentar problemas de conducta, malestar psicológico y corporal, con repercusiones nocivas tanto para el propio trabajador como para las personas a las que presta asistencia.
Fuente: www.prevencionar.com