La OMC confía en que la pandemia ayude a perfeccionar el sistema MIR

La Organización Médica Colegial (OMC) ha expresado su confianza en que la pandemia de Covid-19 suponga una oportunidad para perfeccionar el sistema del Médico Interno Residente (MIR) de formación especializada.

Así lo expresó su presidente en rueda de prensa organizada por las vocalías de Médicos Tutores y de Residentes de la institución. Ocasión oficial en la que se describió la situación vivida en la Formación Sanitaria Especializada (FSE) desde el inicio de la pandemia de Covid-19; al tiempo que se presentaron una encuesta y un informe dirigidos a conocer el impacto de la crisis sanitaria y social en sistema formativo de salud común a todo el país.

Seguir sin descanso

El presidente de la OMC, el doctor Serafín Romero, confirmó que las vocalías y los colegios que componen el Consejo General de Colegios de Médicos (CCGCOM) han mantenido todos sus esfuerzos para paliar los efectos de la crisis asistencial, entre los que citó la autoexigencia de confirmar todos los fallecimientos atribuibles a la Covid-19. Recordó aspectos dictados por la urgencia, y no exentos de debate, como el reconocimiento de la categoría de adjunto para los residentes de último año, y las tomas de posesión virtuales o presenciales, dentro del programa de formación de médicos especialistas sacudido por la pandemia.

En general, aseveró que los profesionales sanitarios no deben ser actores pasivos de la reforma del sistema formativo, sino ser parte ejecutiva de su solución. Desde el apoyo de una institución llamada a pilotar buena parte de estos cambios, en estrecha comunicación con las administraciones.

Parte esencial de la solución

De acuerdo con lo expuesto por el presidente de la OMC, se sentarían así las bases, vaticinó, para que la formación esté asegurada en 2021, sin correr riesgos de interrupción para el continuo formativo en el que los profesionales son parte esencial. Romero también describió como compleja la entrada y salida de los residentes del sistema MIR durante la pandemia, aunque también consideró que está en vías de desbloqueo con el actual responsable ministerial.

Desde este planteamiento, no quiso el presidente caer en la cultura de la queja, sino que invitó a entender el presente como tiempo de oportunidades, cambios y mejoras, tal como expresó él mismo ante la Comisión de Reconstrucción Nacional convocada por el Congreso de los Diputados.

Ni héroes ni villanos, actores concienciados

En respuesta a una pregunta de Acta Sanitaria, Romero aseguró que los médicos nunca han tenido pretensión de ser héroes, como los calificaba la ciudadanía con todo su cariño durante los peores meses de la pandemia. Aunque afirmó que el colectivo profesional tampoco tiene deseo alguno de que lo coloquen en el otro extremo, pasando de héroes a villanos, al ser su vocación responder, como colectivo y como parte del país, a una crisis inédita en la Historia, en calidad de actores concienciados de su función insustituible para la sociedad.

Afortunadamente, agradeció a la ciudadanía, que es sensata, que no se deba esperar una avalancha de reclamaciones o denuncias contra médicos, durante su actuación profesional durante la crisis sanitaria. Aunque, no obstante, algún médico haya sentido rechazo social en su ambiente residencial, al saberse que estuvo más expuesto al SARS-CoV-2 que el resto de la población general.

Registro de médicos afectados

Entre las medidas adoptadas desde la OMC, citó la creación del registro de médicos afectados por la Covid-19, con anotación del alto número de profesionales infectados y de los afectados en otros aspectos por la misma causa.

Sobre la tercera ola, expresó su preocupación por los datos registrados en algunos territorios. Lo que le llevó a echar en falta más previsión y un mando o criterio único, de Salud Pública, para no ir por detrás de una realidad ante la que cada político sanitario debería intentar tomar siempre las decisiones más acertadas.

En su valoración del representante del Ministerio de Sanidad presente en el encunetro, Romero destacó su buena disposición al diálogo ante un escenario que parece tener todas las puertas. Al tener como punto de partida, también, todo el apoyo de una profesión muy atenta a colaborar en todo lo que sea necesario, desde su clara voluntad de servicio a la población.

Mantener la calidad formativa

El director de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, el doctor Vicenç Martínez, se presentó como profesional con más de tres décadas de experiencia en el Hospital Vall d’Hebron, tanto como especialista como tutor y como director de tutores MIR. Desde un tiempo en el que los residentes llevaban el peso de la asistencia, que luego pasó nominalmente a los adjuntos. En ese sentido, pidió mayor implicación para los perfiles senior y directivos con el objetivo de que la calidad formativa no se diluya. A partir de oportunidades de mejora que vayan más allá de las evaluaciones hechas con meros formularios, y opten a una mayor apoyatura en las experiencias reales de los residentes.

Sobre las inspecciones de las comunidades autónomas, estimó que no parecen ser suficientemente útiles en el momento presente. A pesar de lo cual, consideró precisamente la vía de la Alta Inspección como la necesaria para evitar que jefes y adjuntos pongan tanta carga de trabajo sobre las espaldas de los MIR.

Por otro lado, consideró llegado el momento de acabar con la diarquía entre jefaturas de servicio y de estudios, en un clima de cierta dejación de funciones que hace recaer todo el trabajo asistencial sobre los residentes, según reiteró varias veces.

Pulir el sistema MIR

Sobre el retraso en la fecha de las pruebas MIR en la próxima convocatoria, y sobre la vía telemática que no estuvo exenta de fallos en la pasada edición, Martínez confirmó que los cambios vienen justificados por la pandemia y por los 35.000 candidatos que habrá de nuevo en 2021. Aunque declaró que hay cambios azuzados por la pandemia que no permiten vuelta atrás, porque no se puede ir en sentido contrario al progreso. Aunque reconoció que la peor opción es la actual por ser mixta, mitad presencial y mitad a distancia. Por lo que cifró como objetivo de su dirección general que no haya incertidumbre por parte de ningún médico sobre su especialidad elegida, una vez superadas las pruebas MIR. Exámenes que en 2021 tendrán un mayor número de preguntas, según adelantó.

En relación con los efectos de la pandemia en las tareas desarrolladas por los médicos incorporados a la asistencia, aseguró taxativamente que no les habilitará en un futuro como especialistas. De manera que la post pandemia no consagrará especializaciones coyunturales por la vía de urgencia.

Colaborar sin recelos

Martínez razonó que las decisiones colegiadas entre residentes y jefes de estudios y de servicios deberían fluir sin recelo por las tres partes, porque sus funciones son claramente distintas.

Sobre el decreto en ciernes que ultima el Ministerio de Sanidad, anunció que separará bloques temáticos como la formación y la especialización. Por lo que, tras el actual periodo de audiencia, se podría tener un borrador en enero del nuevo año. Mientras que, sobre las áreas de capacitación específica (ACE) y los diplomas, compartió su voluntad para reducir las controversias por la vía de la prudencia. Dado que, a veces, y según reflexionó, las fricciones están más a la altura directiva que entre los propios profesionales de base.

Finalmente, y en atención a preguntas sobre el futuro de la telemedicina, este responsable ministerial se mostró escéptico, salvo para la resolución a distancia de temas menores o para evitar desplazamientos no imprescindibles para los ciudadanos.

Martínez auguró un gran bagaje clínico para los residentes, después de haber estado en primera línea frente a una enfermedad que da tantos bandazos y que tiene una capacidad para matar a una persona en pocas horas, desde una situación aparentemente estable y sin que pareciera haber margen aparente de peligro. En nombre del Ministerio de Sanidad, por último, admitió que el sistema MIR es perfectible, especialmente después de haber adolecido de descoordinación porque todavía muchos profesionales no están en su sitio cuando tienen que estarlo.

Sin tocar bisturí

El representante nacional de Médicos Tutores y Docentes de la OMC, el doctor Francesc Feliú, señaló que la pandemia había supuesto la ruptura abrupta de las rotaciones de los residentes, tanto dentro como fuera de España, a la vez que se dieron múltiples casos de residentes que no pudieron intervenir quirúrgicamente, para aprender a hacerlo, en ningún momento de su formación.

Sobre la ‘Encuesta a Médicos Tutores y Docentes. Docencia en la FSE en España en tiempos de pandemia Covid-19′, declaró que se hizo sin ambición epidemiológica, aunque sus resultados sean esclarecedores. En ella se destaca que el 80 por ciento de los residentes mostró una percepción de empeoramiento, especialmente en lo que a la ausencia de sesiones clínicas se refiere. Con el añadido de la bajada en el entrenamiento en cirugía “para hacer mano”. Algo que fue imposible para el 70 por ciento de los alumnos del sistema MIR.

En cualquier caso, enarboló su sentido positivo, en línea con lo expresado con el responsable ministerial, al afirmar que todos los que han vivido profesionalmente la pandemia han adquirido un aprendizaje muy importante, aunque algunos todavía no sean conscientes de ello.

Dentro de sus recetas para mejorar el sistema MIR, y también asistencial, abogó igualmente por el incremento y contundencia de las inspecciones asistenciales en los distintos servicios clínicos, “para ir todos a una y remando en la misma dirección“.

Deber deontológico de supervisión

Este vocal incidió especialmente en el concepto del deber deontológico de supervisión que tienen adjuntos y jefes de servicio. A la vez que, durante la pandemia, se produjo en la práctica la suspensión de la prerrogativa de los tutores para organizar la formación, que pasó a ser decisión de los jefes de servicio.

Según el 75 por ciento de los tutores consultados, la formación MIR se deterioró durante la pandemia. Hasta el punto de que un 33 por ciento de tutores se plantea seriamente dejar de serlo. Dentro de una situación que empeora hasta en cinco puntos en los tutores de Atención Primaria.

A la vista de esta situación, declaró que la docencia fue puntuada por los formadores como peor, o mucho peor, en el 87 por ciento para las consultas externas, el 74 por ciento para las plantas de hospitalización, el 77 por ciento para los quirófanos, el 70 por ciento en las urgencias, el 60 por ciento en las guardias, y el 91 por ciento en las sesiones clínicas donde participaron, o deberían haber participado, los residentes.

Teleformación quizás, Telemedicina menos

Feliú propuso a todos evitar que en 2021 pase lo mismo que en 2020. Como revulsivo propiciatorio, leyó una respuesta abierta dada por uno de los tutores a la encuesta, a favor de reducir la asistencia a distancia, por ser contraria a la natural relación médico-paciente. A pesar de lo cual, defendió el uso de las nuevas tecnologías para dar soporte al trabajo de los tutores.

Feliú consideró pendiente, en general, la tarea de empoderar a los tutores y bajar la ratio de cada uno de ellos, por debajo de los cinco residentes. Mientras que, en el caso de las situaciones a las que se puede exponer un residente, como por ejemplo al producirse un embarazo, apostó por flexibilizar los periodos de residencia, si hay acuerdo por todas las partes, y para que el interesado no se vea perjudicado en su formación. A pesar del problema que supone, sentenció, que el 65 por ciento de los tutores reconociera una bajada del 65 por ciento en la calidad de la supervisión ejercida por los mismos.

Una conmoción de abajo arriba

El representante nacional de Médicos Jóvenes y Promoción de Empleo en la junta directiva del CGCOM, el doctor Domingo Antonio Sánchez, afirmó no ser alarmista, a pesar dedicarse a la Oncología Médica, cuando afirmó que la pandemia ha supuesto una verdadera conmoción para la formación especializada de los médicos a través del sistema MIR.

No obstante, destacó el papel jugado por los colegios de médicos y las distintas vocalías para mantener el sistema vivo, a la vez que los propios residentes se implican de manera principal en el manejo de la Covid-19. En un tiempo en el que el 74,3 por ciento de los médicos residentes percibió una mayor sobrecarga de trabajo y guardias, con ampliación de la jornada laboral para el 68,1 por ciento.

Lo dicen los datos

A partir de un informe realizado por la OMC, mediante 3.000 consultas, Sánchez comunicó que el 80 por ciento de los médicos residentes realizó actividad asistencial relacionada con el nuevo coronavirus, con un 60 por ciento netamente realizado en un área Covid y, en ambos casos, con alteración de su programa formativo.

Residentes que declararon, en un 98,2 por ciento, haber recibido impacto emocional por su actividad clínica, y muy fuerte para el 46,4 por ciento. Hasta el punto de que 80,5 por ciento de los residentes vieron deteriorada su formación, bastante en el 40,5 por ciento, mucho en el 40 por ciento. Frente a unos escasos 16,4 por ciento, que no la vio parcialmente deteriorada, y el tres por ciento, que no la juzgó deteriorada en absoluto.

Por lo que el 59,9 por ciento de los residentes consideró necesario extender el periodo formativo para recuperar el tiempo perdido por culpa de la pandemia.

Por eso, el ponente apuntó a que todos aquellos que tienen responsabilidades de coordinación, como él mismo, deberán ejercerlas de forma más amplia y diversificada. Porque, recalcó, el primer y principal perjudicado del mal funcionamiento del SNS siempre es el residente. En parte, según argumento, porque la reforma del sistema MIR en la primera década del siglo XXI se marcó una divisoria bastante disfuncional entre los aspectos laborales y formativos. Sánchez reiteró que el residente no puede estar a los mandos de la atención sanitaria cuando es el último que ha llegado a los servicios. Aspecto que le trajo el recuerdo de la compañera MIR que no pudo soportar la presión y acabó con su vida en Castilla y León.

En su particular carta a los Reyes Magos, el representante de los médicos en formación mostró su esperanza en que parte de los 7.500 millones de euros que planea distribuir la Comisión Europea para potenciar la formación superior en el continente, podrían servir, entre otras cosas, para crear un programa Erasmus para el sistema MIR, dada la internacionalización progresiva de la formación médica, según propuso.

Fruto del Estado de Alarma

Como recordaron los participantes en la rueda de prensa, el sistema de formación sanitaria especializada (FSE) de España, conocido como sistema MIR, responde a un sistema dual que contempla un modelo de relación laboral recogido en el Real Decreto 1146/2006 y una relación de carácter formativo descrita en el RD 183/2008.

A pesar de haber sido sometido a una reforma, y debido al Estado de Alarma decretado para hacer frente a la emergencia sanitaria creada por la pandemia de Covid-19, dicha FSE se ha visto sometida, tal como confirmaron, a un desmantelamiento temporal en el que se ha priorizado su dimensión laboral con un innegable deterioro, deseablemente temporal, para todo el sistema formativo.

Fuente: www.actasanitaria.com

 

Finalmente, el informe y la encuesta presentados por las vocalías evidencian un fuerte impacto emocional en los MIR durante la pandemia. Aunque esto supone, por otro lado, una oportunidad para que la Administración y la profesión médica se unan hasta alcanzar un modelo que es a la vez un éxito nacional y un ejemplo internacional.

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