La crisis del empleo juvenil se atenúa, pero está lejos de terminar

A pesar de una leve recuperación en el período 2012-2014, la tasa de desempleo juvenil sigue estando muy por encima de los niveles anteriores a la crisis. Para millones de jóvenes en el mundo encontrar un trabajo decente todavía es camino cuesta arriba.

La tasa mundial de desempleo juvenil se estabilizó en 13 por ciento tras un período de rápido crecimiento entre 2007 y 2010, pero sigue estando muy por encima del nivel previo a la crisis de 11,7 por ciento, según el informe Tendencias mundiales del empleo (GET) juvenil 2015 .

El informe muestra una disminución en el número de jóvenes desempleados, que llegó a 73,3 millones en 2014. Esto significa 3,3 millones menos que los 76,6 millones registrados en 2009 durante el punto más álgido de la crisis.

En comparación con 2012, la tasa de desempleo juvenil disminuyó en 1,4 puntos porcentuales en las economías desarrolladas y en la Unión Europea, y medio punto porcentual o menos en los países de Europa Central y Sudoriental (no UE) y CEI, en América Latina y el Caribe y África Subsahariana. Las demás regiones – Asia Sudoriental y el Pacífico, el Oriente Medio y África del Norte – registraron entre 2012 y 2014 ya sea un incremento de la tasa de desempleo juvenil o ningún cambio, como fue el caso de Asia Meridional.
Un número mayor de mujeres y hombres jóvenes estudian pero la transición hacia el mercado laboral sigue siendo difícil

La participación mundial de los jóvenes en la fuerza laboral, bien sea como empleados o como desempleados, está disminuyendo a lo largo del tiempo. Uno de los motivos es que un número mayor de jóvenes (aunque no suficiente) está estudiando.

Sin embargo, en los países de bajos ingresos, millones de jóvenes siguen abandonando la escuela para aceptar empleos cuando son demasiado jóvenes. Según el informe, 31 por ciento de los jóvenes en los países de bajos ingresos no tienen ningún título educativo, frente a 6 por ciento en los países de ingresos medianos bajos y 2 por ciento en los países de ingresos medianos altos.

El informe señala además una persistente desigualdad de género, con las tasas de participación de las mujeres jóvenes en el mercado laboral significativamente más bajas que las de los hombres jóvenes en la mayoría de las regiones. Además, ellas siguen estando más expuestas al desempleo que los hombres jóvenes.

En las economías desarrolladas, un número mayor de jóvenes encuentran empleo, pero la calidad de los trabajos es inferior a sus expectativas, y un número demasiado alto sigue confinado en el desempleo de larga duración. En la Unión Europea, más de uno de cada tres jóvenes desempleados ha estado buscando trabajo durante más de un año.

Por otro lado, las economías en desarrollo siguen asediadas por el subempleo estructural, el empleo informal y los trabajadores pobres. Si bien el número de trabajadores pobres (que viven con menos de 2 dólares estadounidenses al día) ha disminuido a lo largo de los últimos 20 años, este problema sigue afectando a 169 millones (uno de cada tres) trabajadores jóvenes en el mundo en desarrollo. La cifra llega hasta 286 millones si se incluyen los que viven cerca del umbral de la pobreza (con menos de 4 dólares al día).

España es el país de la UE con mayor desempleo entre este colectivo (53%) y todavía es más del doble que la tasa existente antes de la crisis. España es el país de la UE con un mayor desempleo juvenil (53%), pero además está entre los cuatro países comunitarios donde la temporalidad de los contratos entre los trabajadores de 16 a 24 años es más elevada. De hecho, se ha disparado 10,3 puntos porcentuales desde 2010, según el informe ‘Tendencias mundiales del empleo juvenil 2015’ elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El informe pone de manifiesto como este colectivo es uno de los que más está sufriendo la crisis. De hecho, en España la tasa de paro juvenil en 2014 supera en más del doble a la existente antes de la crisis. También supera el promedio europeo el porcentaje de jóvenes con contratos a tiempo parcial involuntario (22% frente al 14,8% comunitario).Estas dificultades han provocado, según el estudio, que el número de jóvenes en riesgo de exclusión social se haya incrementado 9 puntos porcentuales desde 2010.

La OIT recuerda que España, junto con Grecia, Irlanda o Portugal, tuvieron que afrontar un duro programa de austeridad y reformas para reducir sus déficit públicos y deudas. «No puede haber ninguna duda de que las reformas han tenido un severo impacto sobre los aspirantes a participantes en el mercado laboral en los estos países», señala el informe.

Más allá de España, el informe refleja las dificultades de los jóvenes en toda Europa. Así, en 2014 más de un tercio (35,5%) de los desempleados jóvenes en la UE llevaban más de un año buscando un empleo, un 32,6% más que en 2012. De hecho, la media para encontrar un trabajo estable es de 19,3 meses. También se observa que en la mayoría de los países europeos existe una tendencia creciente del trabajo temporal entre los jóvenes. El promedio de la UE reflejó un ligero aumento del 40% en 2005 al 43,3% en 2014. En cuanto a los denominados ni-ni (jóvenes que ni estudian ni trabajan) han empezado a reducirse desde el punto máximo de 13,1% registrado en 2012 al 12,4% en 2014.

En la tasa mundial de desempleo juvenil se mantuvo en un 13% entre 2012 y 2014, y está previsto que aumente ligeramente hasta un 13,1% en 2015. La tasa aún no ha recuperado el nivel previo a la crisis de 11,7% en 2007. En cualquier caso, el número de jóvenes desempleados ha disminuido de 76,6 millones en el durante 2009 a unos 73,3 millones en 2014.

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