Una explosión de violencia antisindical en Colombia, incluyendo los asesinatos de seis representantes sindicales desde mediados de mayo, está poniendo en peligro el proceso de terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera en el país.
En las últimas nueve semanas han sido asesinados cuatro sindicalistas del sector educativo: Washington Cedeño, Johanna Alarcón, Juan Artunduaga y Mauricio Vélez, así como dos dirigentes sindicales en el sector agrícola: Mario Calle Correa y Alberto Acosta González, este último asesinado cuando asistía a un partido de fútbol de su hijo en Cerrito.
Víctor Báez, Secretario General de la organización regional de la CSA para las Américas, la CSA, instó al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a emprender una exhaustiva investigación de todos estos crímenes. “La CSA exige al Gobierno colombiano una investigación inmediata de los crímenes contra sindicalistas, la identificación de los autores materiales e intelectuales, la adopción de todas las medidas de prevención necesarias para proteger la seguridad, la vida y la libertad de las y los sindicalistas, así como la reparación individual y colectiva del sindicalismo colombiano por el daño sufrido durante la etapa del conflicto armado”, indicó.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI manifestó: “La promesa del proceso de paz en Colombia está seriamente amenazada. Empresas mineras presionan por realizar actividades de extracción en territorios de comunidades indígenas y los paramilitares se están reagrupando y pretenden ocupar regiones y territorios de los que se ha retirado las FARC en cumplimiento de la aplicación del acuerdo de paz. La situación es muy alarmante, y el Gobierno debe actuar con celeridad para garantizar la aplicación de los acuerdos de La Habana y no permitir que la violencia y el expolio de los recursos naturales vuelvan a hundir al país en el caos”.
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