¡ Necesitan acción, no austeridad!
El domingo 12 de mayo celebramos el Día Internacional de la Enfermera.
Es sólo una ocasión para agradecer a nuestras compañeras su inmensa contribución a la sociedad. Igualmente, es un momento importante para recordar a los responsables políticos, tanto a nivel europeo como nacional, sus promesas y compromisos con las enfermeras y con todos los profesionales de la salud y los cuidados.
Los responsables políticos deben demostrar que han aprendido las lecciones de la pandemia y desarrollar políticas para hacer frente a la escasez de personal.
Los llamamientos de la FSESP para hacer frente a la escasez de personal se han visto cada vez más reflejados en diversas iniciativas, como la región europea de la Organización Mundial de la Salud, la Declaración de los ministros de Sanidad de la OCDE sobre la creación de mejores políticas para sistemas sanitarios más resistentes, el Plan de acción de la UE para hacer frente a la escasez de mano de obra y cualificaciones, y las próximas recomendaciones del Consejo de la Presidencia belga de la UE sobre la Unión Europea de la Salud.
La aplicación de estas iniciativas exigirá sin duda un mayor gasto en el sector para contratar más enfermeras y mejorar las condiciones de trabajo.
De estrategias para paliar la escasez de personal a medidas de austeridad para agravarla
Sin embargo, el martes 23 de abril, el Parlamento Europeo votó a favor de unas «nuevas normas fiscales» que implican que los Estados miembros de la UE tendrán que recortar sus presupuestos en más de 100.000 millones de euros al año a partir de 2025 o recaudar la cantidad equivalente con sus propios recursos.
Estas medidas significan que muchos países tendrán que recortar el personal de enfermería y otros profesionales sanitarios, lo que contribuirá aún más a la escasez de mano de obra en el sector.
Esto es contraproducente y confundirá a muchas enfermeras, a quienes los gobiernos prometieron mejorar sus condiciones laborales.
También obstaculiza la aplicación de las iniciativas mencionadas. Para ello, los Estados miembros deben excluir a los servicios públicos, como los sectores sanitario y asistencial, de cualquier medida de austeridad y, en su lugar, invertir.
Las enfermeras son vitales para que el sector sea más resistente
El sector también necesitará inversiones no solo para hacer frente a la escasez de personal, sino también para implantar costosas tecnologías digitales y ecológicas que lo hagan más resiliente.
Además, se necesitan inversiones a largo plazo para proporcionar acceso universal a la asistencia sanitaria y revertir los crecientes desiertos sanitarios. Los responsables políticos europeos y nacionales deben reconocer que la sanidad no es una mercancía y que solo un sector con el personal adecuado y bien equipado puede protegernos de futuras emergencias, como pandemias o conflictos.