La CSI se suma al llamamiento lanzado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, a la solidaridad con los 68 millones de refugiados del mundo. ACNUR calcula que alrededor del 90 % de los refugiados están desplazados dentro de su propio país o en sus países vecinos.
«Los sindicatos acogemos a los refugiados en nuestros lugares de trabajo y en nuestras comunidades, e insistimos en que tienen los mismos derechos que los demás, en especial a la plena protección y a los derechos que dispone la legislación laboral. En todas partes, los sindicatos están al frente de la solidaridad con los refugiados, y con los migrantes en general, y se oponen a las fuerzas políticas populistas y de extrema derecha que promueven la división, la xenofobia y el odio», afirma Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
El movimiento sindical internacional está trabajando para garantizar que el Pacto Mundial de las Naciones Unidas para los Refugiados, que se adoptará este año, establezca unas normas claras, basadas en la solidaridad y la igualdad de derechos.
«Debemos recordar que el mayor número de refugiados, con diferencia, se encuentra en los países en desarrollo y que el apoyo internacional resulta vital, sobre todo a través de programas de ayuda y reasentamiento. Paralelamente, la comunidad internacional debe abordar los factores que obligan a las personas a huir de sus hogares : los conflictos armados y otros tipos de violencia, la falta de alimento y agua y, cada vez más, el cambio climático. Aunque muchos países cumplen las obligaciones que les corresponden en virtud del derecho internacional, resulta profundamente alarmante ver el creciente desprecio hacia los refugiados y el trato inhumano que les dispensan algunos Gobiernos : la separación forzosa de las familias migrantes decretada en los Estados Unidos, donde los niños han sido detenidos en jaulas, es simplemente horrible. Necesitamos esfuerzos multilaterales para hacer frente a la enormidad de este y muchos otros acuciantes problemas mundiales. Abandonar el multilateralismo es una total equivocación», afirma Burrow.