Nueva estrategia de la UE para la adaptación al cambio climático: ¿es «justa»?

La adaptación al cambio climático significa «anticiparse a los efectos adversos del cambio climático y tomar las medidas adecuadas para prevenir o minimizar los daños que puedan causar o aprovechar las oportunidades que puedan surgir»

Los efectos del cambio climático ya son visibles hoy en día. Tienen un fuerte impacto en los trabajadores y, en general, en la economía de la UE. Si no se adoptan medidas de adaptación, se producirá un aumento de 3° C en el calentamiento global que llevaría a la economía actual de la UE a una pérdida anual de 170.000 millones de euros (1,36% del PIB de la UE).

El cambio climático agravará los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, las sequías y los incendios forestales, y también puede aumentar la propagación de virus y pandemias. En este contexto, los trabajadores de los servicios públicos que están en primera línea de las emergencias naturales, como los bomberos, los enfermeros y los agentes de protección civil, verán aumentar su estrés y su carga de trabajo.

Para responder a estos retos, la Comisión Europea lanzó en febrero de 2021 una nueva estrategia de adaptación al cambio climático, con el fin de ser resistentes al clima y adaptarse plenamente a él de aquí a 2050.

Los principales elementos de la estrategia son:

-Una adaptación más inteligente: mejorar el conocimiento de los impactos climáticos y las soluciones y aumentar la disponibilidad de datos a través de Climate-ADAPT, la plataforma europea de conocimientos sobre la adaptación

-Adaptación más sistémica: apoyo al desarrollo de políticas en todos los sectores y a todos los niveles mediante la planificación de la adaptación y las evaluaciones de los riesgos climáticos

-Adaptación más rápida: acelerar el desarrollo de soluciones de adaptación

-Acción internacional: aumentar el apoyo a la resiliencia y la preparación climática internacional y reforzar el compromiso mundial.

En el marco de la nueva estrategia, la Comisión Europea pretende construir una «justa resiliencia» a los efectos inevitables del cambio climático. Sin embargo, con las escasas referencias a los derechos de los trabajadores y el acceso universal a los servicios esenciales, se plantea la pregunta: ¿justo para quién?

El secretario general de la FSESP, Jan Willem Goudriaan, comentó: «Tal como está, el concepto de resiliencia justa es vago y evasivo. La estrategia debe ser revisada para incluir propuestas concretas para la dimensión social y de género. Si no se tiene en cuenta a los grupos más vulnerables, concretamente a los trabajadores y a las mujeres, no habrá una verdadera adaptación».

«Los trabajadores de los servicios públicos, como los bomberos, las enfermeras y los agentes de protección civil, están en primera línea siempre que se producen emergencias. El cambio climático va a aumentar cada vez más estas emergencias naturales, por lo que es imperativo aplicar medidas de salud y seguridad para estos trabajadores. En la estrategia no se mencionan estos retos clave».

El objetivo de la FSESP sigue siendo evitar que se produzca el cambio climático y limitar drásticamente las consecuencias inevitables. Para ello, es necesario que la Unión Europea y los Estados miembros apliquen el objetivo del Acuerdo de París de 2015 de limitar el calentamiento global a 1,5°. Esta será la solución más equitativa. Exigimos cambios en nuestro sistema económico de forma socialmente justa. Unos sistemas de seguridad social bien financiados, así como unos servicios públicos sólidos, serán fundamentales para hacer frente a los impactos negativos que las políticas de cambio climático (mitigación y adaptación) podrían tener sobre la mano de obra, nuestras familias y nuestras comunidades. La planificación política detallada para anticipar y mitigar las perturbaciones sociales para los trabajadores debe estar en el centro de la nueva estrategia de la CE.

En el contexto de la adaptación, la FSESP ha acogido con satisfacción el objetivo de la Comisión de reforzar y revisar la Estrategia de Adaptación de la UE de 2013, prefiriendo centrarse en las soluciones y las puestas en práctica más que en la mera planificación. Sin embargo, los resultados previstos de la estrategia tienen un alcance demasiado limitado para las demandas de la FSESP.

La FSESP pide:

-Una iniciativa jurídicamente vinculante con objetivos obligatorios para los Estados miembros en relación con el desarrollo y la aplicación de las estrategias y los planes nacionales de adaptación. Sin embargo, la Comisión ha decidido no promover una estrategia jurídicamente vinculante. Esto permite a los Estados miembros un margen de maniobra para aplicar las estrategias y planes de adaptación, poniendo en riesgo la protección de los más vulnerables.
-Hacer valer la dimensión social de la estrategia, mediante la plena integración del diálogo social y la negociación colectiva en el proceso de elaboración de políticas. La participación de los sindicatos debe producirse a nivel de la UE, nacional y local, sobre una base intersectorial y sectorial. Aunque la estrategia de la Comisión menciona a los interlocutores sociales, no hace propuestas concretas para su participación. Además, el concepto de resiliencia justa utilizado por la Comisión es vago y evasivo. No hay propuestas concretas para la dimensión social y de género, lo que no reconoce los enormes efectos del cambio climático sobre los trabajadores y las mujeres. El desarrollo de la dimensión social debería estar en el centro de la estrategia.
-Reforzar las medidas de salud y seguridad de los trabajadores de los servicios públicos, como los bomberos, las enfermeras y los agentes de protección civil, que están en primera línea cuando se producen emergencias. Las condiciones meteorológicas extremas y el aumento de las temperaturas aumentarán el estrés y la carga de trabajo de estos trabajadores. De hecho, una de las consecuencias más críticas del cambio climático, tanto en el futuro inmediato como a largo plazo, será el aumento de la gravedad de las emergencias naturales, como las inundaciones, las sequías y los incendios forestales. La estrategia debería revisarse en su totalidad para incluir medidas como la temperatura máxima de trabajo, la contratación de más personal y la dotación adecuada de los trabajadores del sector público con equipos de protección y las habilidades necesarias para reducir y prevenir los riesgos climáticos.
-Dar a los Estados miembros recomendaciones específicas para invertir en servicios públicos, infraestructuras y protección social con el fin de aumentar la resiliencia de nuestras sociedades ante futuros fenómenos climáticos. El papel vital que desempeñan los sistemas sanitarios, las redes de servicios públicos y otros servicios públicos, como los sistemas de seguridad social y las administraciones nacionales y locales, no debe descuidarse en las estrategias nacionales de adaptación. Sin embargo, la estrategia de la UE sólo incluye débiles referencias al sector público y no hace ninguna recomendación clara para que los Estados miembros inviertan en servicios públicos locales y regionales, infraestructuras o sistemas de protección social.
-Integración del Derecho a la Energía y el Derecho al Agua en las Estrategias de Adaptación para que estén universalmente garantizados. A medida que la temperatura global aumenta y los recursos naturales se agotan, el acceso a servicios esenciales como la energía y el agua será cada vez más difícil. Esto afectará de manera desproporcionada a los hogares de bajos ingresos, a las comunidades vulnerables y a las mujeres. El derecho a la energía debe ser imprescindible en las estrategias de adaptación al cambio climático para erradicar la pobreza energética, que afecta a casi el 11% de la población de la UE. El derecho al agua también debería incluirse en las estrategias de adaptación, ya que la gestión del agua se enfrentará a enormes desafíos y requerirá medidas de adaptación. Es lamentable que la estrategia de la Comisión sólo haya integrado débiles referencias y no haya incluido disposiciones sobre estos derechos.
-Adoptar un enfoque que tenga en cuenta las cuestiones de género y aumentar la representación femenina en el proceso de desarrollo y aplicación de la estrategia de adaptación, en los planes y medidas de adaptación a nivel nacional. El cambio climático tendrá efectos diferentes en hombres y mujeres y si no se incluye una perspectiva de género en las políticas de adaptación, las desigualdades aumentarán.

 

 

 

 

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