Tras pasar un 2023 en blanco y al objeto de cubrir el expediente, el pasado doce de diciembre el concejal de Personal, Éder García, se «dignó» convocar, solapando las convocatorias, Mesa de Negociación y comisión paritaria en el Ayuntamiento de Soria.
El orden del día no sirvió para aportar ninguna solución por parte de la empresa, que se limitó a darse por enterada de la metástasis laboral que el equipo de gobierno ha propiciado, legislatura tras legislatura.
El balance no puede ser más desolador. La presunta negociación no fue tal. García puso encima de la mesa una raquítica oferta de nueve plazas, cuestionada por todos los sindicatos, que se abstuvieron de aprobar una oferta que no sienta base alguna para encauzar el deterioro de los servicios públicos municipales, que superan más del 60% de su plantilla sumida en la temporalidad o directamente, en el despido.
El concejal se negó a aclarar el destino del acumulado de las plazas presupuestadas y no cubiertas, que USO sospecha hayan ido a parar a finalidades poco claras, dentro del barullo político administrativo que es divisa de la gestión del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Soria.
USO, que ve la larga sombra de la dilapidación del presupuesto de personal en esta limitada oferta de empleo, la confrontó con la anunciada recientemente por la Junta, que convoca casi tres mil puestos de trabajo, sumando convocatorias generales y procesos de consolidación de efectivos, que en el Ayuntamiento de Soria ni está ni se le espera.
García puso en evidencia que la inacción de su concejalía abocaba a esa limitada propuesta de oferta de empleo, que podía haber sido subsanada, en buena parte, mediante la elaboración previa de un plan de empleo que habría posibilitado una OEP mucho mayor. Pero no cabe esperar la intervención del concejal de Personal en pro de dotar y organizar el capital humano de los servicios de nuestro Ayuntamiento. Por el momento, Éder García se está demostrando alumno aventajado de su predecesora en el cargo, la todavía concejal Teresa Valdenebro.
La oferta de empleo propuesta por García, amén de raquítica, pisó todos los callos posibles. A la ausencia de plaza alguna del presunto proceso de consolidación avalado en su día por determinados sindicatos, se sumaba la negativa del concejal a posibilitar el acceso o promoción de personal fijo o de carrera a puestos de trabajo reservados desde siempre para una segunda actividad, como en el caso de portero de centro de colegio, donde el equipo de gobierno socialista se niega a atender solicitudes de empleados propios, recurriendo ilegalmente, primero, a la ilegal externalización de este puesto y segundo, a celebrar un contrato eventual. Todo un dechado de sensibilidad con sus propios empleados públicos.
Pese a la advertencia e insistencia de USO respecto al desmantelamiento y atención de urgencia que precisan entre otros, servicios como el almacén municipal o el Palacio de la Audiencia, el concejal sorprendió a todos al anunciar una convocatoria paralela en virtud de los Planes MAYEL y QUINTEL, un nuevo parche en virtud de financiación regional, que refuerza la sospecha sobre el destino de los fondos propios incluidos en la denominada “caja única”, que sigue sirviendo de excusa para evidenciar que la RPT seguirá durmiendo, impunemente, el sueño de los justos.
El fracaso de las pruebas selectivas del plan MAYEL, que ha quedado desierto, ha dado al traste con el pegote con que el Ayuntamiento pretendía camuflar su absoluta incompetencia en previsión y política de personal, perjudicando al exiguo colectivo de trabajadores del Palacio, sobre explotados por la alegre programación del Departamento de Cultura, que pone en riesgo la salud laboral de sus propios empleados públicos. Pan y circo que alguno pagará caro.