Hasta el 22 de febrero se celebra la Semana Europea contra la Pobreza Energética, que conmemora la tercera y última de las extraordinarias olas de frío que asolaron Europa en febrero de 1956. Durante ese mes en Europa se vivieron heladas excepcionales y un frío intenso, marcando el invierno más duro que se vivió en Europa y en España desde que se tienen registros.
Las olas de frío provocan que las personas más vulnerables, que generalmente habitan en las viviendas con peores condiciones y con baja eficiencia energética, sufran las peores consecuencias. Estas personas ven afectada gravemente su salud, empeorando las enfermedades cardiorrespiratorias y las enfermedades crónicas; así como padeciendo, en mayor medida, otras enfermedades como gripes y resfriados -e incluso la muerte prematura- y problemas de salud mental como la depresión.
En este sentido USO demanda medidas para hacer frente al aumento del precio de la energía y avanzar hacia un mercado energético justo. Además recalcamos la necesidad de abordar la transición energética, apostando por energías renovables accesibles para todos los hogares.
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