El movimiento sindical mundial condena las prácticas no remuneradas, y hace un llamamiento a la ONU para modificar esta política

La ISP se une a las ONG y a los sindicatos de todo el mundo para solicitar el cese de las prácticas no remuneradas. La creciente resistencia al uso de becarios no remunerados ha dado lugar a la creación de una serie de organizaciones defensoras de los derechos de los becarios, tales como la Fair Internship Initiative (Iniciativa de Prácticas Justas) en Ginebra y Nueva York, así como la coalición «We Pay Our Interns» (Pagamos a nuestros becarios), una asociación compuesta por ONG con sede en Ginebra, que han firmado una Carta sobre los derechos de los becarios y presionan a otros empresarios para que hagan lo mismo.

El Consejo de los Sindicatos Mundiales (CGU, por sus siglas en inglés), cuyos miembros representan a más de 200 millones de trabajadores en todo el mundo, y de los que la ISP forma parte, ha instado a Naciones Unidas a poner fin al uso explotador y exclusivista de becarios no remunerados dentro de la organización. Los sindicatos pidieron a la Secretaría de las Naciones Unidas que incorporara el tema de las prácticas en el orden del día de la Quinta Comisión, el organismo de la ONU encargado de decidir sobre cuestiones presupuestarias, que se reunirá en Nueva York en el otoño de 2016. Dicha medida constituirá un paso decisivo para garantizar un estipendio para miles de becarios no remunerados.
 
El uso de becarios como mano de obra barata o gratuita constituye una tendencia laboral negativa en todos los sectores de la economía. Mientras que en la década de los 80 solo el 3% de los licenciados estadounidenses efectuó prácticas, esa cifra se ha elevado a un asombroso 75%, y en otras regiones se han producido cambios similares. La principal preocupación de los sindicatos es que estas precarias prácticas en realidad están reemplazando los primeros puestos de trabajo en un momento en que el desempleo constituye un gran problema al que se enfrentan los jóvenes de todo el mundo.

«¿Cómo podemos siquiera empezar a abordar el problema de la creciente precariedad laboral en otros sectores cuando la ONU, la cuna de los Derechos Humanos, está ella misma explotando o excluyendo a miles de jóvenes cada año a través de prácticas no remuneradas?», exclamó Rosa Pavanelli, secretaria general de la Internacional de Servicios Públicos. «Me preocupa que si la ONU no es capaz de vivir de acuerdo a sus propios valores, las futuras generaciones perderán la confianza en su sostenibilidad como organización», añadió.

Estos llamamientos han sido recogidos por grupos defensores de los derechos de los becarios, comentaristas de los medios de comunicación y muchos miembros del personal de la propia ONU. Asimismo, Alfred de Zayas, experto especial para el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, criticó recientemente la política de no remunerar, alegando que «es algo intrínsecamente incorrecto que la organización no sea la primera en aplicar sus propias reglas».
 
Los grupos de becarios han puesto de relieve cómo la política actual hace que solo las personas favorecidas y bien relacionadas puedan tener la oportunidad de hacer prácticas. Un reciente informe elaborado por la Dependencia Común de Inspección de las Naciones Unidas reveló que, si bien los ciudadanos de los países desarrollados representan solo el 15% de la población mundial, estos constituyen el 59% de los becarios de las Naciones Unidas.

«Es preciso que la ONU modifique su instrucción administrativa sobre las prácticas no remuneradas y garantice que se lleve a cabo una asignación presupuestaria para todos los becarios. Además, debe revisar sus políticas laborales con el fin de que todos evitemos el empleo precario», concluyó Rosa Pavanelli.

Para más información: We Pay Our Interns

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