La EPSU, de la que FAC-USO forma parte, ha mostrado su solidaridad con los trabajadores y los ciudadanos de Europa Central afectados por las inundaciones.
La tormenta Boris afectó la pasada semana especialmente a Rumanía, Polonia, República Checa, Eslovaquia y regiones montañosas de Austria, sur de Alemania y Hungría.
Hay varios muertos y heridos. Los daños son considerables.
Una vez más, vemos cómo los equipos de rescate y otros trabajadores de los servicios públicos están a la altura del desafío que plantea la tormenta.
Están ahí fuera ayudando a la gente, a menudo con gran riesgo para sus vidas. Nuestros pensamientos están con ellos, los saludamos y el trabajo que hacen.
Por desgracia, el trabajo de muchos de nuestros miembros en los servicios públicos sólo se aprecia en tiempos de peligro, catástrofe o pandemia.
Las políticas de austeridad dejan a esos trabajadores con magros aumentos salariales que a menudo ni siquiera compensan la inflación.
O con una carga de trabajo demasiado elevada debido a los recortes de personal y recursos. Esto tiene que cambiar.
A medida que el cambio climático aumenta los riesgos y la intensidad de estos fenómenos meteorológicos poco frecuentes, las políticas para hacer frente a las emisiones de CO2 siguen retrasadas para cumplir el acuerdo de París de mantener el calentamiento global dentro de los 2 grados de aumento y aún más lejos del escenario de calentamiento global de 1,5 grados.
Aunque la mitigación es lo mejor, es necesario invertir en adaptación, por ejemplo en la naturaleza y las vías navegables. Seguiremos presionando para que se realicen estas inversiones y se ponga fin a la austeridad.
La necesidad de estas inversiones no se menciona en el informe de Draghi sobre la competitividad de la UE.
Las inundaciones afectan a los centros de producción industrial, la agricultura, las infraestructuras de agua potable y electricidad y el transporte, entre otros.
Asegurarse de que la UE está mejor preparada para este tipo de catástrofes no sólo beneficia al bienestar general de millones de personas, sino que también es un factor que garantiza que la UE y otros países europeos sigan siendo productivos y ofrezcan industrias y servicios públicos de alta calidad.
