El 1º de Mayo es un día para celebrar los logros que, a través de generaciones, han conquistado los y las sindicalistas: paz, democracia, derechos y trabajo decente para millones de personas.
Pero al tiempo que celebramos los éxitos y los triunfos de la gran tradición de la solidaridad sindical, somos también conscientes de que los desafíos a que se enfrentan las personas en todo el mundo requieren una fuerza colectiva y un enorme compromiso para continuar con la lucha a favor de los derechos y libertades democráticos, la igualdad y la justicia social.
Cuando líderes políticos y empresariales conspiran para ocultar las enormes riquezas que posee el uno por ciento de la población, eludiendo el pago de unos impuestos que constituyen la piedra angular del desarrollo social y económico y la base para la protección social –prestaciones de desempleo, sanidad, educación, cuidados infantiles, cuidados para los mayores y muchos otros servicios públicos– todos somos vulnerables.
Cuando el comercio mundial se basa en la explotación de la mayoría en puestos de trabajo mal pagados y a menudo inseguros en cadenas de suministros, para obtener aún más riquezas para la élite global, el mundo está yendo por una senda equivocada.
Cuando tantos buscan refugio escapando de conflictos provocados por dictadores que se aferran al poder, o por simple desesperación económica, tenemos que apoyarlos y acogerlos, exigiendo a nuestros Gobiernos que pongan de su parte para eliminar las causas de los conflictos y la desesperación económica que están destrozando las vidas de cientos de millones de personas.
Cuando la corrupción, la explotación, la desigualdad y la destrucción del medio ambiente constituyen el sello distintivo de la economía mundial, entonces los valores del movimiento sindical aportan esperanza, y establecen las normas que se requieren para transformar el mundo en un lugar donde se dé prioridad a las personas y para que las generaciones venideras puedan habitar en un mundo sostenible.
En este Primero de Mayo, muchos marcharán bajo pancartas por la libertad y contra los conflictos y la esclavitud, muchos se manifestarán pidiendo justicia para los refugiados, muchos defenderán unos salarios mínimos vitales y negociación colectiva y se opondrán a la codicia corporativa, muchos exigirán justicia climática y muchos otros darán la bienvenida a los refugiados. En todas estas reivindicaciones están los principios fundamentales de igualdad y justicia social que inspiran las acciones de los sindicalistas cada día.
La voz y las acciones colectivas de los y las sindicalistas en todo el mundo continuarán luchando contra la codicia corporativa que aviva los ataques contra los derechos de los trabajadores y trabajadoras, la esclavitud, la corrupción y la evasión fiscal, y la destrucción de los servicios públicos. Cuando nuestros Gobiernos cedan ante el poder corporativo, defenderemos la democracia y reclamaremos que se ponga fin a la codicia corporativa. Actuaremos por un futuro realmente inclusivo, donde se comparta la prosperidad, donde el planeta en que vivimos esté protegido y donde el bien común sea el fin supremo.
Ver la video de Sharan Burrow: https://youtu.be/DMpYyykCF3k