Fibromialgia, una enfermedad invisible en el ámbito laboral

El pasado 12 de mayo se celebró el día de la Fibromialgia. Es una enfermedad frecuente que la padecen el 2.4 % de la población mayor de 20 años (más de un millón de personas) y las mujeres representan el 85 % de los afectados.

La fibromialgia es una enfermedad de evolución crónica y de etiología desconocida que se caracteriza por la presencia de dolor musculoesquelético difuso de origen no articular, y se acompaña habitualmente de sueño no reparador, fatiga o cansancio, rigidez matutina y alteraciones cognitivas.

No afecta a ningún órgano vital, ni produce secuelas físicas, no es degenerativa ni deformante, ni influye en la supervivencia del paciente. Pero el impacto que origina en la calidad de vida de quien la padece es muy variable de unas personas a otras pudiendo ser limitante.

La doctora del trabajo Filo Gracia, médico del trabajo en OTP explica que “la importancia de la fibromialgia radica en su frecuencia, comorbilidad, dificultades diagnósticas, complejos y prolongados tratamientos, repercusión social y laboral, más que en su gravedad”.

Según un estudio de 2014 sobre el impacto en el trabajo, la familia y el entorno social en pacientes con fibromialgia en España, el 70 % de los pacientes atendidos aseguraron tener grandes dificultades para rendir en el trabajo, mientras que un 23 % se encuentran en situación de invalidez permanente.

“En algunos casos se puede trabajar con Fibromialgia (fuera y dentro de casa)” matiza la doctora García, “pero solo en lo que sea posible y al propio ritmo ya que el no hacerlo podría aumentar nuestro sentido de inutilidad y bajar nuestra autoestima con lo que aumentaríamos de forma indirecta el dolor”.

La evaluación de la capacidad laboral de los pacientes con fibromialgia es mucho más complicada que en el resto de patologías reumáticas, es ahí donde los Servicios de Prevención Laboral juegan un papel muy importante a la hora de facilitar su actividad:

  • Horarios de trabajo flexibles o una jornada parcial.
  • Hacer descansos frecuentes durante la jornada laboral.
  • Reorganización del puesto y/o material de trabajo.
  • Asegurar que el puesto de trabajo está ubicado en un lugar sin corrientes de aire acondicionado ni de otro tipo.
  • Evitar los movimientos repetitivos ayuda a mejorar la sintomatología.

Filo García recuerda que «es importante informar y concienciar a la población sobre la realidad y necesidades de los afectados.»

Fuente: www.prevencionar.com

 

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