La desigualdad salarial nos aleja de la igualdad real

Actualmente en Europa, el sueldo medio por hora de las mujeres es un 16,3% inferior al de los hombres. El Día Europeo de la Igualdad Salarial, cuya fecha de celebración varía ya que depende del momento en se calcula que las mujeres dejan en la práctica de estar remuneradas en comparación con sus compañeros de trabajo masculinos. En este año, es el 3 de noviembre, casi dos meses antes de que acabe el año.

La lucha por la igualdad salarial entre hombres y mujeres debe encabezar las políticas europeas, pues son situaciones injustificadas e inaceptables en una sociedad que proclama la lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida.

Aunque la brecha salarial en el conjunto de los 28 países de la Unión Europea ha disminuido en 0,4 puntos, alcanza el 16,3%. España está por debajo de la media de la brecha y se mantiene en el 14,9%. Si se traslada esa brecha salarial al calendario significaría que las mujeres en Europa a partir del día 3 de noviembre trabajan gratis hasta final de año y las mujeres, en España, a partir del 8 de noviembre.

En España se triplican las brechas salariales de Italia, Luxemburgo y Rumanía, y por tanto trabajan el triple de días gratis que las trabajadoras luxemburguesas, italianas y rumanas. Solo 8 países de los 28 tienen una brecha peor que España.

Para calcular la brecha salarial entre hombres y mujeres, la Oficina Estadística Europea utiliza una fórmula: la media bruta de los ingresos por hora de los trabajadores a sueldo, menos los ingresos brutos por hora de las trabajadoras y todo dividido por los ingresos medios de los hombres, para sectores industriales, de la construcción, servicios (salvo la administración pública o Defensa).

Eurostat explica con cuidado que “como indicador no ajustado, la brecha salarial (GPG) da una foto general de las desigualdades de género en términos de sueldo por hora”. Advierte que “parte de la diferencia de ingresos puede ser explicada por características individuales de hombres y mujeres trabajadoras, como por ejemplo la experiencia, formación… así como las segregaciones de género sectoriales y ocupacionales, esto es, que “hay más hombres que mujeres en ciertos sectores o trabajos que, de media, pagan sueldos más altos”.
Como consecuencia, concluye Eurostat, “la brecha salarial está ligada a una serie de factores culturales, jurídicos, sociales y económicos que van mucho más allá de la cuestión única de la igualdad de remuneración por un mismo trabajo”.

Explicaciones de la brecha salarial que se desprenden de la encuesta:
• Los puestos de gestión y control están ocupados en su inmensa mayoría por hombres.
• En todos los sectores, los hombres ascienden más frecuentemente que las mujeres y, en consecuencia, reciben un mejor salario. La tendencia llega hasta lo más alto, con menos de un 4 % de mujeres en los puestos de directores generales.
• Las mujeres se encargan de importantes tareas no remuneradas, como las tareas domésticas y el cuidado de los niños y familiares, con mucha más frecuencia que los hombres. Los hombres trabajadores dedican una media de nueve horas semanales a actividades no remuneradas domésticas y de cuidado de otras personas, mientras que las mujeres trabajadoras destinan a dichas actividades veintiséis horas a la semana, es decir, prácticamente cuatro horas al día. En el mercado laboral esto implica que una de cada tres mujeres reduce el número de horas remuneradas hasta una jornada parcial, mientras que solo uno de cada diez hombres hace lo mismo.
• Las mujeres suelen pasar épocas alejadas del mercado laboral con mayor frecuencia que los hombres. Estas interrupciones en su carrera no solo afectan a su retribución por hora, sino también a sus ingresos futuros y pensiones.
• La segregación en la enseñanza y el mercado laboral; es decir, en ciertos sectores y profesiones las mujeres están sobrerrepresentadas, mientras que en otros son los hombres quienes lo están. En algunos países las profesiones desempeñadas principalmente por mujeres, como la enseñanza o las ventas, están asociadas a ingresos menores que las profesiones ejercidas principalmente por hombres, incluso cuando se requiere el mismo nivel de experiencia y educación.
• La discriminación salarial, aunque ilegal, sigue agrandando la brecha salarial entre géneros.

Las diferencias salariales provocan a corto plazo situaciones injustas y, a largo plazo, provocarán, y ya están provocando, el aumento de la feminización de la pobreza en las personas mayores, que se traduce en que las mujeres cobran casi un 40% menos de pensión y esa diferencia puede ir en aumento si no corregimos las causas que generan esa desigualdad.

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